osteopatia

PRINcIPIOS DE LA OSTEOPATIA

Entre 1899-1901 Andrew Taylor Still sintetiza todas sus observaciones puestas en práctica y enuncia sus cinco principios fundamentales en los que se basa la osteopatía.

- Primer principio: LA ESTRUCTURA GOBIERNA LA FUNCIÓN

El término estructura significa construcción, constitución. Se trata de hecho de la manera según la cual las distintas partes del cuerpo humano, considerado como un conjunto, están dispuestas solidariamente una con respecto a las demás. Estas estructuras son descritas por la anatomía: huesos, músculos, fascias, órganos, vísceras, glándulas endócrinas o exócrinas, piel, … La función designa la actividad de cada una de estas partes: función digestiva, función articular, sexual, respiratoria. La fisiología es la ciencia que estudia el aspecto dinámico de la vida.

Si una sola de las partes del cuerpo está perturbada en su estructura, ciertas manifestaciones van a aparecer como consecuencia y estas manifestaciones son llamadas enfermedades.

- Segundo principio: LA UNIDAD DEL CUERPO

“El hombre es en su totalidad un solo ser integrado por tres personas: cuerpo, movimiento y espíritu. Para obtener buenos resultados, debemos adecuarnos a las verdades de la naturaleza y viajar en armonía con ellas”

El cuerpo humano funciona como un todo, donde el sistema, en movimiento constante, busca siempre el equilibrio. Toda alteración en alguno de los planos del individuo repercutirá en otros aspectos.

Un ejemplo: una persona que tiene una compresión del nervio neumogástrico por fijación de su primera vértebra cervical va a tener sus funciones cardíacas y digestivas perturbadas y presenta una taquicardia, es decir, una frecuencia cardíaca aumentada. Su vesícula biliar es “perezosa” y, a la larga, va a acarrear una litiasis, es decir, la aparición de cálculos.

- Tercer principio: LA VIDA ES MOVIMIENTO

En la naturaleza, todo se mueve (desde los electrones hasta las placas tectónicas de la Tierra). En el cuerpo todo está previsto en función del movimiento y de la movilidad de los distintos tejidos entre si. Todas las estructuras anatómicas, desde las más densas (los huesos), hasta las blandas (fascias, músculos) y fluídicas (sangre, líquido cefalorraquídeo) se encuentran en movimiento unas con respecto a las otras. Estos movimientos son perfectamente coherentes, responden a leyes fundamentales de movilidad articular, de movilidad cráneo-sacral y visceral, y el osteópata los percibe perfectamente a través de sus manos.

- Cuarto principio: LA HOMEOSTASIS

Es la facultad del organismo de poder equilibrar sus constantes: tensión arterial, temperatura, secreción hormonal, defensa inmunitaria y de poder autorrepararse; la homeostasis es la facultad de autocuración del organismo.

Andrew Taylor Still decía a sus alumnos: “El mejor doctor es el que puede ayudar a la naturaleza a curarse ella misma. Pues bien, encuentren la lesión osteopática, corríjanla y dejen a la naturaleza hacer el resto”

- Quinto principio: LA REGLA DE LA ARTERIA ES ABSOLUTA

Cuando la circulación sanguínea se efectúa normalmente, la enfermedad no puede desarrollarse, pues nuestra sangre vehicula y transporta todos los elementos necesarios para asegurar la inmunidad natural y lucha contra las enfermedades. En otros términos, la función de la circulación arterial es fundamental. Su disminución conlleva una disminución de la capacidad de defensa de los tejidos que reciben una irrigación defectuosa y determina, en un primer tiempo, una alteración funcional que es reversible y curable; pero si tal estado persiste, interviene una destrucción de los tejidos, una esclerosis, una fibrosis que es irreversible e incurable. Y se instala una lesión orgánica y ya no una lesión funcional.